Utila, Roatán y Guanaja forman el complejo insular conocido como Islas de la Bahía. En las tres islas se extienden grandes arrecifes de corales, lo que convierte al lugar en un sitio perfecto para la práctica del buceo. Utila es la isla más pequeña de las tres islas de tan solo once kilómetros de largo por cuatro kilómetros de ancho.
Los arrecifes de coral destacan por su belleza, y diseñan hermosas formaciones subacuáticas para que el turista las recorra buceando. Utila es reconocida a nivel internacional por ser un lugar accesible para aprender a bucear y además para tramitar la licencia para bucear en cualquier parte del mundo.
El buceo es sin duda una de las actividades más apetecidas por los turistas para ello en la isla hay cuevas acuáticas y barcos hundidos se esconden debajo de las cristalinas aguas. Lo más extremo de esta actividad es puede hacerlo acompañado de tiburones blancos.
Entre las actividades que puedes realizar en Utila disfrutar de las playas paradisíacas donde restaurantes, bares justo al lado del mar más bien encima del agua.
Hay un evento anual en Utila reconocido a nivel internacional es el Sun Jam , que generalmente se celebra el mes de agosto en un cayo de Utila es un festival de música electrónica donde se reúnen varios DJs de varias partes del mundo.
Historia
Las tres islas muestran orgullosas los asentamientos mayas que indican que ya estuvieron habitadas muchos siglos atrás por los ciudadanos de este fastuoso imperio indígena. La historia le reserva un lugar privilegiado a las Islas de la Bahía, visitadas por Cristóbal Colón durante su cuarto viaje a las Américas cuando el 30 de julio de 1502 desembarcó en Guanaja.
Los indígenas encontrados en las islas fueron esclavizados y enviados a distintos puntos, motivo por el cual las islas quedaron despobladas hasta que se convirtieron en refugio y guarida de piratas y corsarios. El mismísimo Henry Morgan, a principios del siglo XVII, estableció durante algunos años su escondite en Roatán.
Las tres Islas de la Bahía, al igual que la Costa Mosquita hondureña y otras zonas costeras de América Central, permanecieron bajo ocupación británica durante bastante tiempo hasta que en 1829 el Reino Unido cedió los territorios a los respectivos países centroamericanos que los reclamaban como propios. La influencia inglesa se nota profundamente tanto en las islas como en la costa continental. Un ejemplo claro es que hasta hace pocas décadas los habitantes de estas regiones sólo hablaban el idioma inglés.